Se estima que entre 80% a un 90% de las decisiones de compra por parte de un consumidor se hace por medio del sentido de la vista.

Es decir, los ojos provocan casi un 90% de decisiones de compra por parte de los clientes.

Esto significa que la apariencia de los productos y de los servicios son un fuerte estimulo para que estos tomen la decisión de adquirirlos.

Ello nos debe poner a todos a pensar mucho sobre la forma en como estamos presentando nuestra gama de productos y servicios.  Las preguntas que debemos de hacernos serían: ¿son llamativos para nuestros clientes?, ¿pueden motivarlos a comprar?, ¿llaman la atención?, ¿provoca que el cliente lo tome en sus manos?, ¿se siente atraído el cliente a ellos?

Si no es así, la venta va a ser más difícil.

Estamos en la era de la información, eso no lo dudamos, sin embargo paralelo a ello estamos en la era de la imagen.  El poder de esta genera una buena respuesta de los consumidores.

Es hora de revisar nuestros productos, nuestros empaques, nuestro mobiliario, los uniformes de nuestros Colaboradores, la imagen que proyectamos por medio de la publicidad, etc.

Revisar esto por medio de sesiones grupales nos permitirá determinar que tan atractivos son para nuestros clientes y de ser posible mejorarlos para provocar compras impulsivas.

Todo ayuda, pero no podemos dejar a la suerte las ventas en nuestras empresas.